... en ocasiones el discurso de la noche se tenia que terminar en el paseo más absurdo, en la unica sálida que no tenia entradas, solias caminar sin descanso, sin destino algunas veces, pero eso me gusto más y más de tí, cada detalle, cada sonrisa, cada luna, cada cena, cada coqueteo hacían de las noches después del trabajo las mejores noches de mi vida, antes de eso empezó por ser cada comida, cada visita, todo comenzaba a tomar su lugar y todo comenzaba a encontrar su pretexto. Después comprendi que todo era más que un paseo, era aún mucho más que un coqueteo, salir a pasear, se hacía cada vez y poco a poco, un vicio, era ya adicta a tu presencia, y al calor de tus palabras, y a la compañia de tus pasos. Hoy puedo ver el amor de tus pasos, de tus palabras, de tus paseos. Hoy puedo ver tu amor, más allá de la luna.
Ya te quiero ver...
Puedo sentir la suavidad de la soledad en mi garganta, en mi pecho, aquí lejos de tí... puedo resistir la cruel tormenta, de no tenerte aquí. Pero la desgracia que me anima, no creo que pueda sobrevivir.
Llevamé contigo a la luna